Todo el que escribe sabe que cuando un libro es bueno genera ganas de escribir. Es un impulso maquinal e incontrolable, que hace que uno tome notas, abra otros libros o comience a dar pasos nerviosos alrededor de una nada incuantificable. A veces estimo que lo que verdaderamente ocurre, además del impulso egoísta de haber querido escribirlo, es que se despierta el deseo de componer una historia tan apasionante como la que se lee, en paralelo. De ir urdiéndola, con otra voz, a su lado.
(Oscar Marcano)
Lugar Común. Cooperativa editorial
Caracas