Tan pronto abrí esta colección de relatos de Martha Durán, me llamó la atención una cosa: había mucho silencio allí adentro. Sus personajes nos hablan desde una profunda intimidad, hablan desde un poco más allá de sí mismos, desde la soledad prolongada. Hay mucha soledad en este libro.
Hay un camino que atraviesa todas estas historias, camino por donde transitan seres que creen estar a punto de morir, que están convencidos de que van a desaparecer, que van hacia un silencio sin retorno y sin cuerpo. Éstas, son historias íntimas, despobladas, historias internas, delirios, neurosis, soliloquios delimitados por el ruido del propio cuerpo, un sublevado cuerpo que, de repente adoptó comportamientos extraños, como de final, como de muerte.
-Luis Ángel Barreto
Monte Ávila Editores Latinoaericana
Caracas