Escrita a fines de los sesenta, una década que puso en situación de idolatría a la juventud, esta novela de Alfred Hayes deslumbra con la honestidad y el despojamiento estilístico de siempre. Genio incomparable de la captura del instante, del fuego de la intensidad y del veredicto de decadencia inmediata, Hayes se muestra en Mi perdición, al igual que lo había hecho en Los enamorados y Que el mundo me conozca, como un autor insustituible, sui generis, único en su especie.
La Bestia Equilatera
Buenos Aires