El hombre que se encargó de devolverle a la biografía estatuto artístico, dejó constancia del hecho en por lo menos dos libros de calidad superlativa: Lytton Strachey y Bernard Shaw. Investigador irrenunciable, analista inveterado, narra los acontecimientos con una destreza que permite leer sus libros como lo que verdaderamente son: obras maestras del género. El estilo inconfundible de Holroyd complementa la claridad de cada una de sus afirmaciones con una demostración contundente, portadora a su vez de dos cualidades paradójicas: veracidad y humor.
La capacidad de Michael Holroyd para detectar vetas de talento dentro del esquema de una época pretérita, la elocuencia inusual para poder exponerlo a los lectores, equivalen a una exploración arqueológica y a una exposición magistral cuyos resultados provocan en todos los casos un entusiasmo y una fascinación perdurables.
La Bestia Equilatera
Buenos Aires