Con un estilo cercano a la ensoñación, contrastado con vividas imágenes de potencia cinematográfica, Tengo derecho a destruirme es una oscura parábola de la vida urbana contemporánea oriental. Magníficos autos lanzados a toda velocidad por las autopistas, sexo con jóvenes ingenuas (o no tanto), la internacionalización del mundo del arte y su creciente frivolidad se conjugan en esta novela, que ya ha sido traducida a más de diez idiomas, confirmando a Kim Young-ha como un interesante exponente de la nueva literatura coreana.
Editorial Bajo la luna
Buenos Aires